TEGUCIGALPA
Con una misa auspiciada por la embajada Republica Dominicana, la comunidad de ese país caribeño, y parte del cuerpo diplomático, rindieron tributo a la Virgen de la Altagracia, considerada como la madre protectora y espiritual del Pueblo Dominicano.
La actividad religiosa fue oficiada por el Nuncio, representante del Vaticano, su Eminencia Reverendísima Novatus Rugambwa, y en la cual el embajador dominicano Marino Berigüete, resaltó el origen de la devoción de la población dominicana por la virgen, de la cual es devota gran parte de la población dominicana.
En la actividad religiosa-cultural se presentó una familia domínico-hondureña como símbolo de la unión y hermandad entre los dos países; así también diferentes ofrenda ante el altar.
Al final de la eucaristía, el jefe de la diplomacia dominicana le obsequió al sacerdote Ismael de la Cruz, párroco de la iglesia Medalla Milagrosa, un cuadro con la imagen de la Virgen de la Altagracia, la cual permanecerá en el templo católico para la veneración de dominicanos y dominicanas residentes en Honduras.
Cada 21 de enero el pueblo dominicano celebra el Día de la Altagracia, fecha en que la población rinde honores a la virgen que es considerada Madre Espiritual y Protectora del pueblo dominicano.
Miles de devotos de la Virgen de la Altagracia en la República Dominicana acuden en peregrinaje a la basílica de Higüey, ubicada en el departamento de La Altagracia en el país caribeño, como acto de penitencia y pleitesía en honor a la deidad.
Los orígenes de esta tradición cultural dominicana se remontan al siglo XVI, durante la época de la colonia, que es cuando se cree que la virgen fue llevada a la República Dominicana desde España.
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