TEGUCIGALPA

En la capilla de la Nunciatura Apostólica de la embajada de la Santa Sede se celebró en la capilla una misa solemne en honor a la Virgen de la Altagracia, protectora y guía espiritual de la República Dominicana.

La Santa Eucaristía se llevó a cabo en la Capilla presidida por el Nuncio Apostólico en Honduras, Monseñor Novatus Rugwamba y el embajador de la República Dominicana en Honduras Marino Berigüete.

La Virgen de la Altagracia es la primera perla del rosario de advocaciones marianas que surgen en Latinoamérica a partir de la colonia en este continente, que goza de especial arraigo y vocación a la Virgen María, madre de Jesús.

La Virgen de la Altagracia es una expresión artística con énfasis en la imagen de la maternidad divina de María contemplando al Niño Jesús. Al ser la Madre de Dios, Ella recibe el título de “La Altagracia”, porque la gracia más alta jamás otorgada a un ser humano es la de ser Madre de Dios.

Durante la ceremonia se entronizó una réplica exacta de la Imagen de la Virgen de la Altagracia, obsequio de la Embajada de la República Dominicana a la Sede del Vaticano en Honduras. Acompañaron a los altos funcionarios representantes del gobierno local, Cuerpo Diplomático acreditado en Honduras, medios de comunicación e invitados especiales.