Tegucigalpa
El Gobierno de la Presidenta Xiomara Castro Sarmiento confiere la Condecoración de la Orden José Cecilio del Valle en el Grado de “Gran Cruz Placa de Plata”, al Excelentísimo Señor Mauricio Herrera Ulloa, Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Costa Rica en Honduras.
El Embajador Herrera Ulloa culmina su asignación en este país, en donde se ha destacado por dedicar esfuerzos para afianzar los lazos de amistad entre Costa Rica y Honduras, lugar al que llegó en 2018 “lleno de entusiasmo y proyectos, ahora regreso satisfecho por la misión cumplida”.
La ceremonia fue dirigida por el Embajador Eduardo Enrique Reina, Secretario de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional, quien se encargó de la imposición de la Condecoración al Embajador Herrera Ulloa.
El Canciller Reina hizo referencia a que los dos países han iniciado un nuevo capítulo en sus respectivas historias políticas, porque tienen presidencias nuevas: Costa Rica en mayo, con el presidente Rodrigo Chávez y, desde enero, Honduras, con la primera mujer presidenta Xiomara Castro.
“Para Costa Rica se trata de afianzar y perfeccionar su democracia ejemplar; para Honduras, es desmantelar un régimen autoritario y corrupto, donde vamos a construir nuestro andamiaje estatal después de 12 años de represión y oprobio”.
“La Presidenta Castro le ha querido otorgar la Orden José Cecilio Del Valle en el grado de Gran Cruz Placa de Plata, en nombre precisamente de la figura hondureña más destacada del siglo XIX, en materia de pensamiento y de capacidad de análisis. Usted como Embajador contribuirá a reforzar el acercamiento de nuestros pueblos, continuará con el trabajo también con nuestro Embajador en Costa Rica, el doctor Carlos Aguilar, y estamos seguros que va a fortificar esta relación. Le deseamos un feliz retorno a Costa Rica a usted y su familia, donde seguro continuará sus tareas de observador juicioso”, manifestó el Canciller Reina.
Emocionado y agradecido, el homenajeado expresó que vino de un país que queda en el mismo vecindario centroamericano, un país en vías de desarrollo, con muchas dificultades y retos, con la misma cultura de ancestros y herencia colonial, con legados comunes y el respeto de próceres como Francisco Morazán y José Cecilio del Valle. Dijo que ha querido compartir lo que en la historia les ha salido bien, por eso ha colaborado con temas ambientales, energéticos, educativos, en promoción de derechos humanos, apoyo en procesos electorales, salud, y turismo.
El Embajador Herrera Ulloa resumió que, durante su gestión, se logró concretar tres proyectos en cooperación triangular con Alemania: el impulso de vehículos eléctricos y descarbonización, protección de corales en Roatán, y apoyo al programa de bandera ecológica.
Recordó que su asignación fue un feliz giro del destino porque desde niño le gustó la arqueología, y la cultura Maya le interesó siempre, tanto que, en 1995, su esposa Laura y él pasaron la luna de miel en Copán. Regresó 24 años después designado como Embajador, y visitó la escalinata jeroglífica con tres hijos adultos “también enamorados de la cultura Maya”.
“Acepto la condecoración en nombre mío y de mi país, la acepto con el compromiso de renovar el merecimiento de poseerla. Honduras y Costa Rica somos vecinos, amigos, socios, aliados y hermanos. Hoy reafirmo la voluntad de mi país de fortalecer, aún más, nuestra relación, nuestra hermandad que nace de principios compartidos como democracia; elecciones transparentes, limpias y competitivas; un poder judicial independiente; la lucha contra la corrupción y la impunidad; la protección de todos los derechos humanos, políticos y sociales; y respeto a la pluralidad política”.
Se despidió asegurando que, tanto en Costa Rica como en Honduras, “creemos que cada persona importa, son el único camino posible para reducir la pobreza, gozar de servicios públicos de calidad, generar crecimiento económico con equidad y alcanzar una sociedad con un nivel de vida, con prosperidad y justicia”.